10 de febrero de 2019. Miles de banderas de España recorren las calles del centro de Madrid, representadas por la derecha pop, la derecha rancia y la ultraderecha de Ciudadanos, Partido Popular y Vox respectivamente (o no, no sé). La crème de la crème de la españolidad y su unidad.
Miles de personas, 45.000 según la delegación del gobierno, unas 100.000 como máximo según las estimaciones en base a datos reales (y no a utopías, pajas mentales o manifestaciones virtuales), han marchado por:
- La unidad de España.
- En contra de los políticos catalanes presos (y pidiendo que mueran en la cárcel, casi)
- Pedir nuevas elecciones porque Pedro Sánchez es ilegal y no le han votado.
Y para mi, sinceramente, nada de esto tiene ningún sentido. Ninguno. De ninguno de los puntos.
Las elecciones y el presidente ilegal
Pedir elecciones anticipadas es lícito, todo el mundo lo puede pedir. Sobre todo si el que está en el gobierno no te representa, como parece ser el caso de la derecha española. Pero ojo, de ahí a decir que el presidente es «ilegal» o que «no le han votado», va un trecho. Porque mientras los de las banderas (que cuando más grande mejor) sacan la Constitución como mayor garante de la unidad de España (no dicen nada de los derechos de iguales ante la ley, ni de la aconfesionalidad del Estado, por ejemplo), parece que se les olvida que el mecanismo por el que Pedro Sánchez es presidente es, ¡oh ironía! gracias a la Constitución (artículo 99) que ellos fervientemente defienden. ¿Quizás es que realmente quieren cambiar algo de la Constitución? (lo dudo).
Porque, eh, Pedro Sánchez ha sido votado. Al igual que Rajoy. Al igual que Moreno Bonilla en un «pacto de perdedores». Quizás no se entienda bien el sistema que tenemos en España, pero es tremendamente sencillo.
También es que quizás las banderas de España inmensas les hagan, no ya solo no ver lo que tienen delante, si no también dejar de pensar o entender el país en el que viven.
Nuestro sistema no es presidencialista, no votamos a personas para ser presidentes del gobierno. Votamos a un parlamento, que es el que elige quién es el presidente. Como si me eligen a mi, y no me he presentado. ¿Es legal? Por supuesto. Otra cosa es que no os guste, pero la elección viene del parlamento, y eso sí lo hemos elegido todos.
Checkmate, banderitas.
La unidad
Sin embargo, al final lo que más gracia me hace de todo esto es esa grandísima idea de que hay que defender la unidad de España, muchos hasta «las últimas consecuencias».
La unidad de España. Esa utopía.
A los de la bandera les importa una mierda la unidad de España. Lo que les importa es que los catalanes no se les suban a las barbas. No quieren ningún tufo a catalanidad en España. Una puta guerra de ver quién tiene la bandera más grande. A ver quién pone más banderas en los balcones. Un instinto muy macho. Muy animal.
ATENTOS A LO QUE DICE LA SEÑORA, LLORO pic.twitter.com/c7NtYNf0sT
— Bernat Castro #AltsasukoakAske ? (@Bernat_) February 11, 2019
¿Qué consideramos que es la unidad de España? ¿Las fronteras actuales? ¿Las que marca la Constitución de 1978?*
Elegid las que queráis, en el momento que queráis. ¿El año que habéis nacido? Perfecto. ¿Y por qué no defiendes las fronteras del año que nacieron tus padres? Porque eran diferentes y claro, igual ya no te interesa.
O las de tu tatarabuelo, cuando se perdió Cuba, porque… bueno, ya sabéis el dicho.
Elige. En serio, elige.
Elige porque da exactamente lo que elijas, que va a cambiar en el futuro. Y si no lo crees, simplemente entra en Wikipedia, nada de sesudos libros explicando la historia de España durante siglos, no. Simplemente Wikipedia. Mira la evolución de las fronteras de España.
¿La unidad no va de pedir a Italia la isla de Sicilia, parte del reino de Aragón?
¿La unidad de España no va de hacernos cargo de nuestra colonia del Sáhara Occidental que abandonamos a su suerte hace 50 años?
¿La unidad de España no va de declarar la guerra a EEUU y pedir lo que tuvimos en México?
Dejad de hacer el ridículo, y pensad que la unidad es algo que ha cambiado, cambia y cambiará el futuro. Luchad por vuestros vecinos, por su educación, su sanidad, sus derechos sociales, su libertad de prensa, su libertad de reunión, su justicia, su igualdad. Y que os dé igual si hablan español, catalán, francés, portugués o, más recientemente, alemán, rumano, finés o, en el futuro incluso albanés.
* Truco. La Constitución del 1978 no habla de cuáles son nuestras fronteras, si no que el ejército tiene la obligación de defenderlas.
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